De tí aprendí que pedir perdón es de hipócritas, porque como humanos somos una gran bolsa de defectos en constante re afirmación, así que, esta no es una disculpa, mas bien es una retroalimentacion de mi propio cagadero, con todo y el sentido escatológico que se merece.
Nunca he pretendido ser lo que no soy; siempre he sabido ser y estar donde se debe. Por bromas del destino a veces nos encontramos en situaciones des favorecedoras que nos confundan tanto a nosotros mismos como a los que nos rodean, casi siempre gracias al filo malpedista de las palabras salientes de una bocaza conectada a una mente encabronada, dolida, paranoica y con un evidente enanismo espiritual. Por fortuna o por desgracia a través de la palabra misma podemos remendar o empeorar las situaciones en las que nos envuelven -según sea el caso-. En este afortunado infortunio -quien sabe porque chingados-, he sido dotada de una gracia ridícula, satírica y medio lepera para escribir pendejadas y chistoretes mas o menos bien fundamentados por lo que, espero aceptes esta nada humilde ofrenda lingüística en forma de post de blog, para todos los efectos legales, morales y sentimentales a que haya lugar.
Tú sabes que tranza...................